La situación de Juan Román Riquelme en Argentina ya pasa de ser la novela del verano a un seriado latoso de nunca acabar.
A mi humilde modo de ver el fútbol, hizo un partido aceptable frente a Godoy Cruz en la primera fecha del torneo clausura 2011. En la siguiente fecha ya no apareció ni entre los concentrados para enfrentar a Racing por una supuesta lesión y luego tampoco apareció en el listado de los convocados para jugar frente a All Boys de Floresta, esta vez por decisión técnica y muy polémica, y ahora aparece de nuevo su mejor amiga de los últimos tiempos, una sinovitis en la rodilla que lo descarta para el juego en el Amalfitani. Esta vez JR acusa al preparador físico por haberle exigido demasiado y con intencionalidad.
Sea cual sea el motivo por el que Riquelme no juegue, lo único cierto es que cada vez es peor visto el negocio que hizo Amor Ameal al darle un contrato por cuatro (4) años y un sueldo top de Argentina a un deportista que no está al nivel del resto de los profesionales que conforman la plantilla xeneixe. En un año político como lo es el 2011 en el club Boca Juniors, Román se convierte en la vedette y él sí que sabe utilizar esto a su favor.
El 10 no se pone a punto en lo físico ni en lo futbolístico, pero si se pone a tono con lo polémico que se ha vuelto su club últimamente. No pierde oportunidad para dar declaraciones, las cuales admiro por la claridad de sus expresiones, pero que no hacen ningún bien a la interna del vestuario, de la comisión directiva y el cuerpo técnico.
Algunos especulan que la ausencia frente a Velez para el próximo fin de semana se debe a una especie de venganza deportiva contra Falcioni (DT) y que la lesión no es tal. Otros avalan el diagnóstico médico y otros simplemente descartan cualquier excusa y garantizan que ya tiene todo arreglado con un club del extranjero y se iría en breve.
Yo no me voy a desgastar en especulaciones sin soportes reales pero si dejo clara mi postura en este caso: Si Juan Román Riquelme solo puede jugar ‘domingo – miércoles – domingo’, ser figura, respetar a sus compañeros y directivos, rendir a un nivel superlativo bajo la batuta de Carlos Bianchi, es hora de que se retire del fútbol. No ha logrado nada lejos del ‘virrey’ y éste se retiró hace rato.
Carlos Bianchi ya no dirige, no piensa hacerlo pronto, ha rechazado muchas y jugosas ofertas de grandes equipos y solo le interesa escribir para ESPN, para su página personal, comentar para los magnates de la TV mexicana y disfrutar de su familia.
Ahora, desde mi punto de vista ‘riquelmista’, Falcioni al igual que Batista, escogió muy mal con quien pelear. Estoy convencido de que los técnicos que cito son peso pluma al lado de los pesos completos que son Riquelme y Tévez para el pueblo, pero todo tiene su límite y el mío y el de muchos más, se desbordó con Román.
El balón viene perdiendo a los que mejor lo tratan y el panadero se queda sin masa.
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