Ya es conocido por todos que el único con derecho de aprobar o no la asignación de los árbitros que dirigen en las divisiones profesionales del fútbol colombiano una vez la comisión los escoge es el señor Óscar Julián Ruíz, un juez que ahora representa al departamento del Casanare, donde el fútbol prácticamente no existe, eludiendo de esta manera la inhabilidad regionalista y consiguiendo la libertad de dirigir cualquier encuentro del rentado nacional, que por lo regular es el partido que se transmite por televisión y donde el local está necesitado de triunfos.
Siendo esto grave, lo que de verdad preocupa a jugadores, cuerpos técnicos y directivos a la hora de llegar a un encuentro con Ruíz como principal es que siempre quiere estar por encima del verdadero espectáculo. Cada jugada fuerte es un dialogo banal de 2 minutos (cual musidramas), sin amonestación al final y la típica amenaza de que será la última que deja pasar; y si hay un penalti pues atengámonos a la espera, muy al estilo de definición de reality (American Idol llanero), con redoblantes y por lo menos 4 tomas del gesto adusto de este señor antes de autorizar el cobro. Y ni hablar de lo localista que es Óscar Julián, algo que lo que lo ha llevado a ser el consentido de Texeira, presidente de la federación de fútbol brasilero, quien no duda en solicitar sus servicios cada que algún equipo de Brasil en copa libertadores, suramericana o selección absoluta juega de local o tiene comprometida su clasificación.
Para aguantarnos estos shows mediáticos, ya tenemos suficiente con la pobre producción de RCN y su Futbolmanía a cargo de Tulande, que de fútbol sabe lo mismo que Obama de paz (y aún así los premian), dándole más importancia a los gestos, comentarios, gritos o reclamos de los técnicos que a los lujos de los artistas, los que llevan pantaloneta, guayos, canilleras, medias hasta la rodilla y un número en pecho y espalda, por si acaso alguien no lo entiende. No más.
Se entiende que al no conocer lo que se produce es necesario copiar de los “especialistas” en esto del fútbol-espectáculo, pero Fox Sports no es el ejemplo a seguir, aunque así lo crean Carlos Iván Vélez y su muchachada, con unas previas de 2 horas y entrevistas a directivos en campaña, utileros, cancheros y hasta transmitiendo en vivo la charla técnica de Carrasco (River Plate uruguayo), que por más colorida que sea le roba ese toque de misterio que tanto disfrutamos lo fanáticos de verdad. Se han preguntado por qué no se aprueba aún el uso de la repetición instantánea de jugadas dudosas en pantallas gigantes en los estadios ¿?. Si eso es lo que quieren, dedíquense al play station, a la x-box o al Wii. Los hinchas necesitamos la discusión de 3 días después del partido sobre cualquier acción de juego, gol fantasma o falta.
A lo que vine. Este domingo se juega el segundo partido de la final de la B, esa misma que en condiciones normales tiene, en un 90%, garantizada el Cortulua (3 – 0 partido de ida), pero con la auto-designación de Ruíz para dirigirla, no sabemos que desenlace tengamos. Así como la imagen que acompaña este editorial, el equipo corazón está con tarjeta amarilla y ante cualquier incertidumbre la balanza se inclinará hacia el Atlético Bucaramanga, no les quepa la menor duda.
Pedir juego limpio es demasiado cuándo todo un departamento ávido de fútbol (Santander), exige la presencia en la A y cuándo los artistas del pasado miércoles dejaron de existir para darle paso al espectáculo cómico teatral de Óscar Julián y su terna timbiriche.
Que Ruíz dirija esta final ya plagada de morbo por el marcador del primer partido y todo lo que está en juego, es todo un riesgo … Qué PELIGRO …!
¿ Óscar Julián Ruíz ? … Qué peligro ..!
sábado, 28 de noviembre de 2009
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